miércoles, 24 de febrero de 2010

¿Recuerdas esa tarde de otoño?, parecía que había magia; todas esas hojas volando, el viento en nuestro cabello, el calor de nuestras manos. ¿Recuerdas cuando me pediste que no tuviera miedo? Las noches se hacen tan largas, ¿sabes? a veces intento no hablar de esto, pero los recuerdos son fuertes, aunque ninguno me hace derramar lágrimas, con todos sonrío, a veces hasta me río. Por supuesto, no me arrepiento de nada de lo que dije, tal vez un poco de lo que no dije. Cuando te veo por la calle, sonriendo mientras tomas su mano, te ves... te ves feliz. ¿Crees que podría sufrir viéndote feliz? Tú me hiciste tan feliz. Aunque claro, ella no te quiere tanto como yo. Sé que tu estás bien, pero hay veces en las que no puedo evitar esperarte en ese banco, nuestro banco.